Estrellas, luces y centellas.
Me persigue el recuerdo del ayer
y con él la amargura de que no te pude ver.
¿Dónde te escondiste, delicia?
Yo sin ti
me indigno,
me alejas de la malicia,
ahuyentas
lo maligno.
No me
reconozco ni yo mismo,
me invaden las tinieblas, la desdicha,
el
desconsuelo, el pesimismo.
Tu ausencia me ahoga,
y eso me enerva,
me metí en la droga,
ahora fumo hierba.
La mejor
droga que vendía mi camello
era ese bello cabello que rozaba tu cuello,
y en un futuro inverso
yo me hundo
estos versos describirían un amor perverso
que lo sepa
el mundo.
Si contemplas en silencio el cielo inmenso,
me verás renaciendo en forma de una nueva estrella,
resplandeciente, envuelta de luces y centellas.
No llores,
no hará más rápido el olvido llenar de lágrimas el mar.
No te refugies en el canto de las sirenas,
sabes que soy la única que te ofrece charlas tan serenas.
Este amor no tiene color y se marchita
Tapo mis cicatrices de mi pérdida infinita
¿Qué es la literatura? También fundirme en tu
cintura.
Me llega la noticia, de ti se apodera el sida,
maldigo a la muerte,
te escapas
de mi vida
Ya no podré verte…
y me dejas
una gran herida.
Antes eras mi sueño,
que iba a hacer realidad con todo mi empeño.
Ahora una tristeza que deseo que se la lleve el
viento…
un vacío existencial es lo que yo siento.
Es muy fuerte este sentimiento,
es una realidad,
yo nunca te miento,
sabes que te digo la verdad.
No tengas prisa,
desde aquí cada una de mis sonrisas
provocará una suave brisa,
que romperá el silencio más absoluto
mientras disfrutas de un dulce fruto
que se llama vida.
Este amor no tiene color y se marchita
Tapo mis cicatrices de mi pérdida infinita
¿Qué es la literatura? También fundirme en tu cintura.
Me hacía ilusiones con besarte, y averiguar
Qué tan dulce era tu manjar.
También apreciaba tu perfume,
perfume con olor a caramelo,
difícil para quien la muerte asume,
poco a poco ibas a cayendo en mi camelo.
En mi corazón falta una pieza.
Me faltas tú, me falta tu belleza.
Y aquí acabo, en la soledad me hallo,
y pienso: ‘’Sida, ojalá te parta un rayo’’
Si contemplas en silencio el cielo inmenso,
me verás renaciendo en forma de una nueva estrella,
resplandeciente, envuelta de luces y centellas.
No llores,
no hará más rápido el olvido llenar de lágrimas el mar.
No te refugies en el canto de las sirenas,
sabes que soy la única que te ofrece charlas tan serenas.
